Hace un par de años estuve en
Sevilla (dos años? Tanto? Tengo que volver pronto…), y tuve ocasión de visitar la Plaza de Toros de la Maestranza sin corridas
de por medio, únicamente por el mero hecho de disfrutar de su arquitectura y su
diseño.
De aquella visita recuerdo
especialmente la capilla de los toreros, ya que es un lugar recoleto y
escondido al que normalmente los asistentes a la plaza no podemos acceder, y
hoy, en víspera de Semana Santa, me parecía un buen momento para compartir con
vosotros algunas fotos que hice ese día.
La capilla de los toreros es un habitáculo muy reducido
y dividido en dos partes por una reja. En lo que podríamos llamar la antesala,
encontramos unos azulejos con oraciones toreras firmadas por Antonio Rodríguez
Buzón, Joaquín Caro Romero y Manuel Lozano Hernández.
En la otra parte está el altar, con
espacio apenas para los toreros y poco más. En el centro del retablo
encontramos a la Virgen de los dolores vestida de luces, y a ambos lados unos
azulejos dedicados el Señor de Sevilla y a la Madre de Dios.
Creencias a parte, el ritual en
si mismo siempre me ha parecido muy bonito, y en lo que se refiere al arte, es
un lugar curioso que si tenéis ocasión os animo a visitar. Es un espacio pequeño y escondido que provoca escalofríos.
Si no lo conocéis, siempre es una excusa para volver a Sevilla, yo tendré que buscarme otra ;-)
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